Introducción a la Muerte

Como terapeuta una de las líneas que he trabajado durante muchos años es el tema de la muerte desde ángulos tan variados como la historia, la psicología, los rituales funerarios, la interpretación de la muerte de las distintas sociedades y épocas, el proceso de la muerte del cuerpo físico así como el proceso de la muerte para el alma.

En este curso abarcaremos todos esos ángulos para que logres una concepción más amplia y mayor conciencia de uno de los momentos más importantes de tu vida y que nadie te librará de vivir.

Acerca de la Muerte

Debemos recordar que la muerte es una transformación, es un proceso y por ello es complicado definir donde empieza y donde acaba.

El fallecimiento de una persona origina la necesidad de racionalizar un vacío físico. A partir del miedo a la descomposición del cadáver o al deseo de sobrevivir en un más allá, el hombre ha creado desde siempre un imaginario apto para explicar lo desconocido y buscar una continuidad con los vivos. De este modo, las creencias y las actitudes del hombre ante la muerte han ido evolucionando a lo largo de la historia hasta la actualidad de una forma determinada.

La religión como conjunto de creencias y prácticas relacionadas con lo sobrenatural responde a necesidades individuales y sociales. El hombre crea a dioses, fuerzas y espíritus a su imagen y semejanza con poderes y cualidades ideales. Los mitos responden a sus preocupaciones y justifican determinados fenómenos como la formación del universo o las calamidades naturales.

Con todo ello, el sistema sociocultural influye en sus representaciones determinando como cada grupo vive e integra la muerte en su vida cotidiana.

Sin duda una de las cosas que primeramente la humanidad se dio cuenta, fue la muerte. Poco importa lo que pensemos de ella, la muerte es segura…

Los silbatos de la muerte, misterio de la cultura azteca

Es curioso, como la muerte ha dejado tras de si no solo ideas, creencias o rituales; sino también objetos como son los silbatos de la Muerte hallados por arqueólogos de México en varios yacimientos arqueológicos, a lo largo y ancho del país, flautas y pitos de roca,  de arcilla y de hueso.

Silbatos de la muerte

Estos silbatos emiten unos sonidos que parecen imitar al viento y a ciertas aves, pero hay unos que han llamado la atención en particular, y son los que producen gritos y aullidos aterradores. De ahí su nombre: “silbatos de la muerte”.  Se les empezó a denominar así en 1999, por el hallazgo de los restos de un hombre, de unos 20 años de edad, que había sido sacrificado en lo que es hoy el yacimiento arqueológico de Tlatelolco, en Ciudad de México. El arqueólogo Salvador Guilliem Arroyo encontró dos silbatos de cerámica en cada mano, decorados con la forma de una calavera humana.

Yo misma encargué uno, el de la foto.

Encontramos datos sobre estos silbatos en algunas crónicas de la época colonial, se dice que se sacrificaba a un joven honrado como representación del “Dios en la Tierra, guarnecido con todos sus atributos, entre ellos un silbato, con el que producía un sonido semejante al del viento nocturno por los caminos”.

La referencia al viento, nos hace relacionar la muerte del joven sacrificado en Tlatelolco que tenía dos silbatos de calaveras en sus manos, ya que el lugar arqueológico era un templo de Ehecatl, el Dios azteca del Viento. Este hecho, además, hace pensar que quizá se usaba en rituales de la muerte, o tal vez para llamar a la lluvia a través del sacrificio humano.

Los expertos creen que tal vez,  los aztecas lo hacían sonar en el campo de batalla. Los investigadores comentan que además de servir para la guerra, el Ehecachichtli también era utilizado en rituales mortuorios, quizá para acompañar al difunto en su viaje a la Tierra de los Muertos… quién sabe!

Funeral celeste

Encontramos rituales muy diversos en el planeta para los momentos del paso a otro mundo como es la Muerte. Por ejemplo, en el Tíbet a 4.600 metros altitud, donde el suelo es demasiado duro para cavar una fosa y escasea la leña para hacer fuego, los muertos son entregados a los buitres desde hace 5.000 años. Ellos llamaban a estos altares “las torres del silencio”.

Muerte celeste

El procedimiento es el siguiente: se desnuda el cuerpo de la persona fallecida, se rasura el pelo y se descuartiza el cadáver del ser querido con un cuchillo. Luego separan los huesos de la carne, para después machacar el cráneo con un martillo. Tras todo esto dejan los restos sobre una piedra, y es allí donde son devorados por los buitres. Ellos creen que cuando las aves han terminado de comer es cuando su alma ha ascendido a los cielos.

Todo este ritual l realiza el sacerdote (rogyapa) delante de sus seres queridos. Ellos ven como las aves arrancan la carne del cuerpo y así se lo llevan hacia el cielo. 

“Los budistas creen que el cuerpo es un mero vehículo para transportar la vida”.

Como el cuerpo es solo un vehículo para ellos es hermoso que el cuerpo que ya no sirve sea el alimento de unos animales sagrados. Los sacerdotes ven un ave muy budista en el buitre, ya que no mata a otros seres y acepta lo que le viene, el curso natural de las cosas.

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